TÍA LUCILA

Está situada en un marco inigualable de paz y sosiego, con el aroma a azahar y el resplandor de los dulces atardeceres.

La casa ha sido decorada con las cariñosas aportaciones de los que se sintieron inspirados en un lugar así, amantes de la naturaleza y el mar. Casa y entorno restaurados y habilitados para el disfrute de los entusiastas del paisaje natural y del turismo rural, con una historia de más de un siglo.

La casa perteneció originariamente a unos portugueses, luego pasó a manos de Lucila Hernández, otra emigrante más de la guerra civil española y, finalmente fue adquirida por la familia Monteverde. En su honor, se le puso su nombre a la casa «Tía Lucila».

Su exterior se rodea de una finca con rampas de acceso y dos bancales realizados por la mano del hombre: en uno se asienta la casa y en el otro una pequeña huerta.

La cubierta es a una sola agua con teja plana, típica de la época y del lugar, y la teja original de la casa se conservó para su re-colocación en el actual porche. Las paredes de la casa están hechas de piedra seca, concordando con la estructura original. Destaca el trabajo cuidadoso que se le dio a la carpintería del techo, las puertas y las ventanas, reproduciendo modelos tradicionales.

Sus elementos etnográficos más interesantes son:

• La estructura de la cocina típica de los años cincuenta, con la mejora adecuada para su confort, el trabajo artesanal de una campana de cobre que resalta el entorno hogareño y una curiosa conservación y restauración de una ventana de tea para usarla como mesa de comedor.
• «La abundancia de ecosistemas», de paisajes diversos en la Isla de El Hierro hace que nuestros Huéspedes no sepan por dónde empezar.

Casa Rural Tía Lucila es un buen comienzo, encontrará en los alrededores rutas para iniciar la exploración y admirar las maravillas que El Hierro ofrece